La flor de Nikté crece en aguas poco profundas mostrando infinidad de colores y combinaciones. Esta colección se inspira en toda esa variedad cromática utilizando el esmalte y la base de plata de las joyas.

 

Esta colección juega con las formas de la flor de Nikté, una espécie de nenufar llamado así en honor a la protagonista de una antigua leyenda maya.

 

Antiguamente vivía en Nan Chan Kaan un príncipe maya obligado a casarse, por su padre, con una princesa de tierras lejanas. Pero él estaba enamorado de la bella Nikté, la hija del guardián de una caverna sagrada, donde se reunían cada noche.

 

El sumo sacerdote los descubrió y planeó eliminar a Nikté, pero la niñera del príncipe presintió las malas intenciones del ministro y advirtió a su señor. El príncipe envió a la niñera para que trajera a su amada y se casaran en secreto. Pero el sacerdote la siguió y asesinó.

 

El príncipe, al ver que la niñera no volvía, fue a buscar a Nikté, que lo esperaba junto a la caverna. Sin embargo el sumo sacerdote escondido en la oscuridad lanzó una flecha envenenada al corazón de la doncella, haciéndola caer en la caverna, donde el cuerpo sin vida de Nikté se hundió rápidamente. El príncipe, sin poder contener su dolor, lloraba amargamente e imploraba a los dioses que se lo llevaran con ella.

 

Al ver su tristeza, el Señor de las Aguas transformó a Nikté en un bello nenúfar, y el Señor de los Pájaros al príncipe en un gallardo pájaro rojo. Desde entonces, al despuntar el sol, descender el cardenal a los estanques para cantarle a su amada Nikté.